Las tres primeras rondas del Draft son importantes, pero son las subsecuentes las que le dan profundidad a un roster y transforman a los legítimos contendientes
POR IVÁN PIRRÓN
¿Cómo puede abreviarse “El robo más grande de la historia del Draft de la NFL” en tan sólo dos palabras? Es fácil: Tom-Brady.
El quarterback de Nueva Inglaterra, ganador de tres títulos del Super Bowl, es, indiscutiblemente, el hallazgo más importante en una de las rondas finales del reclutamiento colegial del futbol americano profesional.
Brady, un producto de la Universidad de Michigan criticado por su poca movilidad, fue elegido por los Patriotas en la sexta ronda del Draft (199 global) para competir con John Friesz y Michael Bishop por el puesto de quarterback suplente, detrás del veterano Drew Bledsoe.
Pero, un año después, Bledsoe se lesionó, el coach Bill Belichick le dio la oportunidad al joven Brady y… bueno, seguramente todos conocemos el resto de la historia.
Ese acierto de Belichick y su staff en el Draft cambió el destino de una franquicia, le dio vida a una nueva dinastía y, de no ser por los Gigantes, Brady tendría hoy cuatro anillos de campeón.
Como sea, Brady es el mejor ejemplo de lo importantes que son las rondas finales del Draft. Jugadores de la talla de Roger Staubach (décima ronda, 1964), John Stallworth (cuarta, 1974), Charles Haley (cuarta, 1986), Rodney Harrison (quinta, 1994), Terrell Davis (sexta, 1995), Zach Thomas (quinta, 1996) y Matt Hasselbeck (sexta, 1998), por mencionar algunos, fueron seleccionados después de la tercera ronda.
Cierto, son las tres primeras vueltas del reclutamiento colegial las que históricamente arrojan a los jugadores más grandes, esos que tienen un busto en el Salón de la Fama de Canton, pero las rondas finales son las que le dan profundidad a un roster y, eventualmente, una que otra súper estrella.
Si a la mezcla agregamos a los agentes libres correctos, la fórmula da como resultado un verdadero contendiente al Vince Lombardi.
Tomemos como ejemplo a Green Bay, actual monarca de la NFL. Según el roster previo al Super Bowl XLIV, 29 jugadores de los Empacadores fueron obtenidos a través del Draft y 20 más, firmados como agentes libres. O sea que, de los 53 jugadores del equipo, casi 55 por ciento fue obtenido en abril, durante el reclutamiento colegial.
De esos 29 elementos, 15 provienen de la cuarta, quinta, sexta y hasta séptima rondas; sobresalen los nombres del receptor Donald Driver (séptima ronda, 1999), el linebacker Desmond Bishop (sexta ronda, 2007) y el corredor James Starks (sexta ronda, 2010), todos titulares en el triunfo de los Packers sobre Pittsburgh en Dallas.
Oro para los gambusinos
Bill Walsh será recordado, además de como un innovador y genio ofensivo, como uno de los grandes descubridores de talento colegial.
En 1986, Walsh, coach de los 49ers de San Francisco, trazó un brillante plan para el Draft, luego de una decepcionante eliminación en la primera ronda de los Playoffs, cortesía de los Gigantes de Bill Parcells.
Walsh quería reforzar a su defensiva y rejuvenecer a un roster lleno de veteranos, y para ello hizo seis canjes o trades para reclutar a un total de 13 novatos, ocho de ellos en las cinco primeras rondas, pero ninguno en la primera.
Así, Walsh seleccionó al ala defensiva Larry Roberts, al fullback Tom Rathman, al esquinero Tim McKyer, al receptor John Taylor, al linebacker Charles Haley, al liniero ofensivo Steve Wallace y al tacle defensivo Kevin Fagan (estos tres últimos, en la cuarta ronda), entre otros.
De esos 13 novatos que Walsh reclutó en 1988, ocho fueron titulares en al menos un Super Bowl.
Sobra decir que es el mejor Draft de la historia de los 49ers… y uno de los mejores de la historia de la NFL.
«Stealers» del Draft
En años recientes, son los Acereros de Pittsburgh los que se han convertido en verdaderos «Stealers» del Draft.
Son ya 10 años de buenas decisiones en abril para los Acereros, pero fue 2007 cuando dibujaron su obra maestra: ocho selecciones, tres titulares y dos suplentes.
En primera ronda (15), los Steelers tomaron al linebacker Lawrence Timmons (Florida State), quien tiene dos campañas como titular. En 2010 fue líder del equipo con 149 tackleadas; además tuvo tres capturas de quarterback, dos intercepciones, dos fumbles forzados y dos recuperados.
En la segunda ronda (46), la elección fue el también linebacker LaMarr Woodley (Michigan), quien en cuatro temporadas con Pittsburgh suma 39 capturas. El año pasado tuvo 10, dos intercepciones (una de ellas de touchdown), tres fumbles forzados y dos recuperados.
En la tercera ronda (77), encontraron al ala cerrada Matt Spaeth (Minnesota), un buen reemplazo de Heath Miller. En la cuarta (112), reclutaron al pateador de despeje de origen mexicano Daniel Sepúlveda (Baylor), quien también terminó 2010 en la lista de lesionados.
En la quinta ronda (170), Pittsburgh halló al reemplazo de Ike Taylor, el esquinero William Gay (Louisville).
Los aciertos en primera ronda son importantes, por supuesto, pero son las decisiones correctas en los días 2 y 3 los que realmente hacen la diferencia.