«El Patriot Way se refiere a un grupo de gente que trabaja muy fuerte, con pasión y en conjunto. Comienza con trabajar duro, tener disciplina y crear una cultura en la que todos están en la misma página, cada quien conoce su rol, todos creen en el sistema y todos hacen su trabajo».
Así explicaba Scott Pioli, ex gerente general en New England, la filosofía del equipo de Bill Belichick.
En otras palabras, en el Patriot Way el equipo siempre será más importante que los individuos.
«Si vas a ser parte de esta organización, hay una responsabilidad y un sentido de obligación que vienen implícitos, porque en la mente de mi familia, tú también llevas nuestro apellido… Queremos que entiendan qué significa ser un Patriota y que hay ciertas cosas que son importantes para nosotros y en algunos casos incluso más importantes que ganar». Una frase de Jonathan Kraft, hijo de Robert Kraft y presidente de los Patriots, que también ayuda a entender el Patriot Way.
«Veo a muchos otros equipos y es como si tuvieran ‘personalidades’. Hay gente con buena ‘personalidad’ y otra que te puede distraer», dijo alguna vez Tom Brady, citado por el periodista Jim Donaldson en su libro «Then Belichick said to Brady…». «Es muy difícil ganar un partido a la semana cuando haces las cosas de la manera correcta. Cuando hay factores que luchan en tu contra, es aun más difícil».
Cierto, los Patriots se han arriesgado con algunas de esas «personalidades», como Corey Dillon, Randy Moss, Albert Haynesworth y Chad Johnson. A los dos primeros pudieron meterlos al corral del Patriot Way, pero con los dos últimos fracasaron en el intento. Al menos, es verdad, no se convirtieron en elementos de distracción.
En 2013 el Patriot Way estará a prueba y con un jugador que ni siquiera aparecerá en el roster: Aaron Hernandez.
Y no es sólo el escándalo mediático que representa que uno de tus jugadores más importantes esté acusado de asesinar a un «amigo», sino el rol de Hernandez en una ofensiva aérea que en el papel parece lo más débil que New England tendrá desde 2001, cuando Tom Brady se convirtió en titular.
Sin Hernandez y con Rob Gronkowski convaleciente de quién sabe cuántas operaciones en el antebrazo y la espalda, todo indica que Danny Amendola será la primera opción de Brady.
Amendola fue firmado por los Patriots para reemplazar a Wes Welker, quien partió vía agencia libre a Denver.
En una ofensiva en la que el «hot route» es la quintaesencia (Chad Johnson, por ejemplo, nunca pudo con esa eterna lectura e improvisación antes de cada centro), Amendola debe aprender a pensar como Brady -un arte que Welker dominaba a la perfección- y, lo más importante, mantenerse sano, pues entre 2011 y 2012 sólo jugó 12 partidos con los Rams debido a lesiones.
El tema de los alas cerradas es crítico, pues la ofensiva de los Patriots usa muchas formaciones que incluyen dos tight ends. Aún es una incógnita si «Gronk» va a estar listo o no para el arranque de la campaña regular, así que para el training camp que inicia en unos días, Daniel Fells, Michael Hoomanawanui y Jake Ballard pelearán por los dos puestos titulares.
Los Patriots todavía pueden trabajar en un canje, pero honestamente no veo a ningún equipo de la AFC que acepte un trato con el odiado rival, ahora que finalmente parece tambalearse. Quizá alguien en la NFC.
Bill Belichick tiene opciones. Muchos recuerdan que la ofensiva de New England fue la mejor en cuanto a yardas por partido la campaña pasada, pero pocos tienen en mente que el ataque terrestre fue el No.1 en la AFC y séptimo en la NFL con un promedio de 136.5 yardas por partido.
En apenas su segundo año en la NFL, Stevan Ridley tuvo una excelente campaña con los Patriots: llevó el balón en 290 ocasiones, sumó 1,263 yardas (promedio de 4.4) y 12 touchdowns.
Es muy probable que esas 290 carreras de Ridley se conviertan en 350 en 2013. Si los Patriots son capaces de correr el balón, Brady y sus receptores tendrán menos presión y los «huecos» en las defensivas vendrán solos.
Para ello van a necesitar que Fells, Hoomanawanui y Ballard mejoren su técnica de bloqueo.
Viene una campaña en la que será interesante monitorear de cerca a Belichick y su tropa.
Hoy el Patriot Way está más a prueba que nunca.